sábado, 28 de febrero de 2015

ELABORACIÓN DE UNA CRÓNICA



¡…NO TENGO ORO, NI PLATA…!

José Peralra mendigo, diambula por las calles de la ciudad.

Durante toda mi vida había creído que un mendigo era una persona que se paraba a la puerta a pedir una limosna, pero todo esto cambio mi pensamiento cuando comencé a observar a unos pocos metros de mi a un mendigo que parado con un vaso en su mano derecha, el cual no podía hablar por el impedimento físico que había en su boca el labio leporino; esperaba que una persona piadosa le diese una limosna.

Como todos los días yo llegaba a mi trabajo en donde cumplía mi labor la cual era proveer saldo a los usuarios de una telefónica muy conocida en mi ciudad. Eran alrededor de las 2:00a 3:00pm cuando él se paraba a mendigar, y cuando esto sucedía me puse a pensar es realmente esto lo que el necesitaba.
En un éxtasis me quede, cuando se acercó a mí y quería hablarme, pero lo paradójico era que mientras volteaba a mirarlo viajaba mi mirada hacia él. Parecía sonreír eso me parecía a mí por el brillo en sus pupilas, la alegría en sus manos cuando las movía y hacia mover el vaso, y el sonido que provocaba con su garganta cuando este trataba con mucha fuerza intentar hablarme.

Eso yo creo, pero eso lo dejo a su criterio o a su imaginación; pero lo que yo quiero decir es que su necesidad era otra., cuando el me miraba parecía decirme. ¡Hey estoy aquí, habla conmigo y disfruta en silencio, atiéndeme y escucha tu corazón!.

Y esto no es cuentitos de religión porque a diario sucede, y lo único que cruzo por mi mente fue un conocido versículo bíblico en el libro de Lucas, en el que Pedro estaba a la puerta del templo LA HERMOSA, y desde ahí le pedía un mendigo una moneda, y Pedro le respondió “No tengo Oro ni plata, pero lo poco que tengo te doy, levántate le ordenó….” Pienso que no todos pensaríamos así, pero si lo hiciéramos otro seria el mundo.

Así a diario muchas personas vienen a buscarnos porque nos necesitamos y nosotros decimos querrán dinero, pero solo son personas que usan estrategias, buscando algo más que le satisfaga la sed que está en su alma y me hizo entender que hay muchos mendigo, vestidos con ropa de grandes marcas, pero pobres de espíritu.

Creado por: Diana Queza

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